El cepillo de dientes es un elemento de
aseo vital en la salud oral de todas las personas, su uso debe ser diario, al
menos 3 veces por día y su cuidado luego del uso es vital. Si crees saber todo
sobre los cepillos de diente, conoce 5 datos que tal vez no conocías en la
siguiente nota.
El instrumento más importante para el
cuidado dental y uno de los más grandes inventos en la historia de la humanidad
tiene varios aspectos que probablemente no conozcas y que vale la pena que
sepas. El cepillo de dientes va más allá de lavarse los dientes tres veces al
día; puede ser el blanco de numerosos gérmenes, el lugar donde los guardes
puede determinar qué tanto microorganismos puede tener y su historia cuenta con
unos datos muy interesantes que te contaremos en Arte Oral, tu clínica odontológica en bogotá.
Tiene cientos de años
Comenzamos con un dato curioso: El
primer inventor de un cepillo de dientes fue un emperador de la Corte Imperial
China en 1498. La elaboración del indispensable elemento para una consultorio odontológico
consistía en incrustar una serie de cerdas de pelo de cuello de cerdo salvaje
(aunque también se extraía de otros animales como caballos o jabalíes), de los
climas más fríos de China y Siberia, en un mango de hueso (luego se utilizaría
la madera o el marfil), debido al consistente y macizo pelaje que presentaban en
esas regiones.
Está vulnerable y expuesto
Hay una gran variedad de microorganismos
presentes en tu boca que pueden transferirse al cepillo de dientes mientras lo
utilizas. Éste instrumento puede estar expuesto bacterias intestinales,
pseudomonas, coliformes, estafilococos, las cuales pueden causar infecciones
externas e internas, y hasta gérmenes fecales, por el simple hecho de estar
guardados en el baño. Hay que ser cuidadosos con su uso para conservar no sólo
un buen diseño de sonrisa,
sino también un buen estado de salud.
Se puede proteger con agua potable
Siendo conscientes del dato anterior, lo
recomendable es enjuagar el cepillo dental con agua potable después del
cepillado; decimos “potable” porque hay regiones en las que el agua del
lavamanos no es apta para consumo humano, por lo que puede tener
microorganismos que afecten el buen estado del cepillo y, por lo tanto, de la
salud de tu boca. Puedes reforzar el limpiado del cepillo dejándolo sumergido
en enjuague bucal por lo menos 3 horas una vez a la semana. Más que un dato,
este cuenta como un consejo clave para prolongar tratamientos como el de enfermedad periodontal.
Hay que saberlo guardar
Ahora que sabes cómo proteger tu cepillo
dental y tu estética dental,
también debes saber cómo guardarlo. Ya que el instrumento estará humedecido
luego de usarlo y lavarlo, evita guardarlo en un accesorio o portacepillos que
se cubra o que sea cerrado (al menos mientras siga en ese estado), ya que los
ambientes húmedos favorecen el crecimiento de microorganismos. Es por eso que
la recomendación es sacudirlo y dejarlo secar antes de guardarlo o hasta el
siguiente uso, guardarlo en forma vertical y con exposición a la luz.
Ojo con el lavado de las manos
Desde nuestro consultorio
odontológico te transmitimos algo desagradable pero real:
bacterias presentes en el inodoro, bacterias que tienen origen en tus
intestinos, pueden llegar a tus dientes y terminar en tu boca. ¿Por qué ocurre
esto? El no lavarte bien las manos o simplemente no lavarlas luego de ir al
baño y manipular el cepillo de dientes, traslada este tipo de bacterias, así
que, si no lo hacías antes, tienes un motivo de peso para empezar a hacerlo.
Por: Dr. Jaime Alberto García (Odontólogo especialista)
Articulo tomado de Arte Oral